3 nov 2009

ORUGA

Esta mansión encantada
Inundada hasta la azotea.
Habitaciones fragmentadas
De moqueta gris y pared vieja.

Esta mansión epicéntrica
Rellena de ahogos y peces pequeños
color naranja eléctrico.
Se consume a sí misma
La consumen los gritos.

Esta mansión madriguera
Conoce mi nombre en cada uno de sus rincones.
Conoce mi aroma, conoce mi desvida
Conoce mi piel y come mis heridas
En cada uno de sus rincones
En los que me he retorcido.