10 ago 2010

La princesa ciega

VI


Palabras surgirán benevolentes

de allá donde no alcanzo a verlo aún

intuyo un cambio del color azul

y el rojo intenso se hace ya envolvente.



En el centro entre cielo y tierra duermo.

Pero una ausencia en la palabra cueva

nos abrirá la fe en la brisa nueva.

Me asomo a mis balcones, veo el yermo.



Un velo al aire, un velo al aire baila

después de estar dormido tanto tiempo.

se contornea cual espectro vivo.



Altar imaginario el aire lila

que transporta en mi pecho lo que siento.

Este el altar en que me embarro, anido.



Dentro de la alcoba hay... mis pensamientos.

Grito y no pasa nada, nadie sale

nadie entra ni recorre este mi valle

que se seca cercando mis cimientos.



Un ángel solo y desplumado, aquí,

hecho de luz natural busca Venus.

Como la fuerza que recorre el fémur

y corre cual veneno del vivir.



Pero vendrán las golondrinas nuevas

como un espíritu predijo antes.

Deseo, incertidumbre temerosa.



Luces buscándote por tierra y cuevas

álzate sobre los andamios antes

de que se caigan sobre nuestras rosas.




Luces alcanzarán a tu final

si te sigues irguiendo sobre todo.

Luces luminiscentes sobre el lodo

que salvan vidas cuando están fatal.



Luces que dan la vida a sueños muertos.

La luz lunar me está mirando alegre

con cara de matrona nueva verde

hace muecas poniendo el ojo tuerto



como quien mira hacia un recién nacido

de los vientres hirientes de la tierra.

Las dos hemos buscado la salida.



Temor, búsqueda, luz, ya hemos salido,

besos, abrazos, tolerancia, fuerza.

Mis primeras palabras a la vida.




Bailar con la sonrisa a cuestas puesta

como un blanco vestido de mil galas

manchado de un pasado con cien balas.

Fiesta de la sonrisa blanca y nuestra.



Cuando te miren les dirás, princesa,

"Voy de fiesta, por eso estoy contenta".

Y que vean las risas harapientas...

digan "Quiero estar loca como esa".



Y la felicidad anida donde

toquen mis dedos rígidos de alambre.

Felicidad que soy yo o tal vez tú.



No preguntes por dónde se te esconde

mira hacia afuera, dentro va el calambre.

No durará siempre ninguna luz.