Te llamo para decirte
que he sucumbido a las musas,
que he sido secuestrada.
La prole de damas
ellas son mis únicas amigas
pasaré con ellas los próximos días
del resto de mi vida.
Te llamo para clausurarte
y condenarte.
Yo también he pecado,
pero fue por igualarte
y devolverte los favores.
Te llamo para decirte
que estando las musas ausentes
yo no tengo amigas,
tan solo conocidas.