Y la helada hilera de rocas
estaba sola.
Anda susurrada.
Los peces que saltaban por el aire
a los costados de las rocas
tambien estaban solos.
Nada entre los dedos
en el brillo purpurino del mar, nada.
Los píes desnudos en volandas
sobre las piedras
bajo el cielo enredado
luz de ventanas encantadas
y nada, y nada.
estaba sola.
Anda susurrada.
Los peces que saltaban por el aire
a los costados de las rocas
tambien estaban solos.
Nada entre los dedos
en el brillo purpurino del mar, nada.
Los píes desnudos en volandas
sobre las piedras
bajo el cielo enredado
luz de ventanas encantadas
y nada, y nada.