I
Hoy me sentí como princesa ciega
y harapienta, o realmente lo sea
cualquiera de las mil en mi azotea
se esconde como una leyenda griega.
Tiene miedo a salir con estos ojos
vueltos y con su cara de ceniza,
teme la princesita primeriza
que pierda la razón hecha despojos.
Sin nadie que me deje abandonada
vacía de esperanza, me haga loca
gritar eufórica pegar mil vueltas.
Esa frase venida de la nada
que el alma de cualquier muchacha toca
la frase mágica que se haga cientas.
Con esa frase la princesa ciega
se enfrentará al mundo, que soy yo misma
siendo su mundo lleno de carisma,
dentro de mí su trazo se despliega.
Y saldrá ella a dar vueltas con voz sucia
por su palacio mágico al oírla,
volando tras la sombra de una mirla
se desdibujará así entre la lluvia.
Y todos gritarán... "¡Miradla! ¡estaba
oculta porque se volvió ya loca!
por ahí va... descalza y con la lluvia.
!Miradla!... ciega como se encontraba
descalza y por el agua que la toca,
¡es la princesa de la cara turbia!."
Y el triturador mundo ajeno puede
seguir haciendo lo que quiera o pueda
por esa educación o por la veda
social que hoy en mis días se sucede.
Pero que las luciérnagas estrellas
y el universo vacuo de palabras,
de formas pleno locas como cabras
que no desaparezcan por mi ni ella.
Nunca me haría feliz ver por nada
a la princesa ciega pereciendo
ni estrellas suicidando en la ciudad.
Y la princesa ciega maniatada
en la alcoba de vueltas va cayendo
y no mas muerta de que está en verdad.
II
Mi cuerpo que es el suyo por la arena
de una playa oculta a ojos todos tuertos
o sobre el hielo fabricando cuentos
para el airado baile de melena.
Tan ciega como estás, musa, creyendo
que al no poder tu ver nadie lo hará.
La existencia vistió de oscuridad
¡y tu, trágicas luces que estás viendo!.
Tu sabes que ese miedo de ser vista
nunca fue un acto de egoísmo puro.
Siempre jugando al escondite sola.
Sabiendo que aquí eres tú la lista
Y que te escondes del reflejo oscuro
que te ve como el trazo de una loca.
La huida corrosiva de tortuga
de esta "semi-inútil" por aquello
de que se es "mitad-diosa", algo bello.
Buscando en su castillo alguna fuga.
Cuando el verano nos llamó con todos
sus pájaros mirando, con sus ojos
de pájaros mecánicos y rojos
por las ventanas sucias por los lodos,
yo no podía imaginar entonces
que se bebieran todas nuestras aguas.
Oh, La visión del ánfora emanando.
Y la casa se inunda hasta los bronces
y los suelos resbalan como fraguas,
por la pared rajada va escapando.
Hoy me sentí como princesa ciega
y harapienta, o realmente lo sea
cualquiera de las mil en mi azotea
se esconde como una leyenda griega.
Tiene miedo a salir con estos ojos
vueltos y con su cara de ceniza,
teme la princesita primeriza
que pierda la razón hecha despojos.
Sin nadie que me deje abandonada
vacía de esperanza, me haga loca
gritar eufórica pegar mil vueltas.
Esa frase venida de la nada
que el alma de cualquier muchacha toca
la frase mágica que se haga cientas.
Con esa frase la princesa ciega
se enfrentará al mundo, que soy yo misma
siendo su mundo lleno de carisma,
dentro de mí su trazo se despliega.
Y saldrá ella a dar vueltas con voz sucia
por su palacio mágico al oírla,
volando tras la sombra de una mirla
se desdibujará así entre la lluvia.
Y todos gritarán... "¡Miradla! ¡estaba
oculta porque se volvió ya loca!
por ahí va... descalza y con la lluvia.
!Miradla!... ciega como se encontraba
descalza y por el agua que la toca,
¡es la princesa de la cara turbia!."
Y el triturador mundo ajeno puede
seguir haciendo lo que quiera o pueda
por esa educación o por la veda
social que hoy en mis días se sucede.
Pero que las luciérnagas estrellas
y el universo vacuo de palabras,
de formas pleno locas como cabras
que no desaparezcan por mi ni ella.
Nunca me haría feliz ver por nada
a la princesa ciega pereciendo
ni estrellas suicidando en la ciudad.
Y la princesa ciega maniatada
en la alcoba de vueltas va cayendo
y no mas muerta de que está en verdad.
II
Mi cuerpo que es el suyo por la arena
de una playa oculta a ojos todos tuertos
o sobre el hielo fabricando cuentos
para el airado baile de melena.
Tan ciega como estás, musa, creyendo
que al no poder tu ver nadie lo hará.
La existencia vistió de oscuridad
¡y tu, trágicas luces que estás viendo!.
Tu sabes que ese miedo de ser vista
nunca fue un acto de egoísmo puro.
Siempre jugando al escondite sola.
Sabiendo que aquí eres tú la lista
Y que te escondes del reflejo oscuro
que te ve como el trazo de una loca.
La huida corrosiva de tortuga
de esta "semi-inútil" por aquello
de que se es "mitad-diosa", algo bello.
Buscando en su castillo alguna fuga.
Cuando el verano nos llamó con todos
sus pájaros mirando, con sus ojos
de pájaros mecánicos y rojos
por las ventanas sucias por los lodos,
yo no podía imaginar entonces
que se bebieran todas nuestras aguas.
Oh, La visión del ánfora emanando.
Y la casa se inunda hasta los bronces
y los suelos resbalan como fraguas,
por la pared rajada va escapando.