V
Ría la luna, pues llore el pantano.
Camine a tientas la feliz princesa
cargando tiempo, lo que más nos pesa.
Lluevan plumas espesas de Vulcano.
Tentándote la luna columpiada
a seguir andando cual insomne,
la que ahora desnuda no se esconde
la mirada sin ojos desmembrada.
Un árbol flota aquí donde llegamos
por el bosque en el centro azul del globo,
en el globo ocular de un genio loco.
No leemos ese árbol, no flotamos
solo paseamos dentro de ese globo.
Y algo así nos parece mas bien poco.
En sonetos vacíos de experiencia
la oruga dejará ver su mensaje.
La mariposa luego en el paisaje
disfrutará alegre su apariencia.
Juega a pulsar las cuerdas con sus dedos
bajo el sol anodino y casi logra
salir a fuera convertida en otra.
Gritaba el arpa por los verdes cielos.
Cuando era niña en lúcidos colores
con la luminiscencia de mi risa,
me pregunto a menudo si existías.
Interroguemos nuestros mil errores,
aprendamos, borrémoslos a prisa
y dejémoslos libres, son arpías.
Otros tropezarán así con ellos
y sufrirán su acoso posterior.
acerquémonos, juntas al clamor
lancemos nuestra carga a los plebeyos.
Imitaremos a los dioses fieros
clonaremos al hombre deficiente.
Y la luz poderosa en nuestra frente
nos brindará la gran pasión de un Eros.
Deliremos lo justo y lo sobrante.
Sobremos de delirio ante la vida.
Vivamos arduas ante nuestra muerte.
Estremezcámonos por y ante el arte.
busquemos en delirios la salida.
Salgamos en delirio a nuestra suerte.
Cuando miramos idas la navaja
sumergidas en voces de otros mundos
sumergidos en todos nuestros mundos
donde nadie a ninguna parte viaja.
Anhelamos la causa vital llena
de la flor que se abre con el agua
sobre la tierra fría que la guarda
hasta que pueda verse toda plena.
como se abren mis músicas cansadas
tantas como personas disfrazadas
a presión enlatadas me cupieran.
Nuestros sueños de niñas acosadas
incapaces de andar ya tan cargadas
si yo supiera lo que ellas bien hicieran...
Extraños habitantes interiores
interrogando a la princesa ciega.
Yo, que para mi soy extraña estrella
entre árboles mas blancos exteriores.
Como la laberíntica locura
que saca a las personas, pasearse
como fieras metamorfoseantes
que andan buscando ansiosos una cura.
Y encontrar regalices contra el miedo
por los pasillos de las calles grises
donde las puertas se abren a jardines.
Todos saltando miran hacia el cielo
saben que no serán nunca felices
saben que nunca han visto colorines.
Yo también sé, como ellos veo el cielo,
¡pero la vida a mi me está llamando!.
Me llama frente a un espejo chorreando
me baila y canta cual si fuera un velo.
Un velo azul turquesa va en volandas
danzando sobre un horizonte alegre,
optimismo ante nuestra nada verde,
que se enrosca en el pelo mientras andas.
Nos comemos el aire... nos comemos
caminamos a saltos... caminamos
siempre a ciegas cogiéndonos las manos
yo voy andando trágica sin frenos
te voy contando cuántos soberanos
luceros por las calles nos cruzamos.
Camine a tientas la feliz princesa
cargando tiempo, lo que más nos pesa.
Lluevan plumas espesas de Vulcano.
Tentándote la luna columpiada
a seguir andando cual insomne,
la que ahora desnuda no se esconde
la mirada sin ojos desmembrada.
Un árbol flota aquí donde llegamos
por el bosque en el centro azul del globo,
en el globo ocular de un genio loco.
No leemos ese árbol, no flotamos
solo paseamos dentro de ese globo.
Y algo así nos parece mas bien poco.
En sonetos vacíos de experiencia
la oruga dejará ver su mensaje.
La mariposa luego en el paisaje
disfrutará alegre su apariencia.
Juega a pulsar las cuerdas con sus dedos
bajo el sol anodino y casi logra
salir a fuera convertida en otra.
Gritaba el arpa por los verdes cielos.
Cuando era niña en lúcidos colores
con la luminiscencia de mi risa,
me pregunto a menudo si existías.
Interroguemos nuestros mil errores,
aprendamos, borrémoslos a prisa
y dejémoslos libres, son arpías.
Otros tropezarán así con ellos
y sufrirán su acoso posterior.
acerquémonos, juntas al clamor
lancemos nuestra carga a los plebeyos.
Imitaremos a los dioses fieros
clonaremos al hombre deficiente.
Y la luz poderosa en nuestra frente
nos brindará la gran pasión de un Eros.
Deliremos lo justo y lo sobrante.
Sobremos de delirio ante la vida.
Vivamos arduas ante nuestra muerte.
Estremezcámonos por y ante el arte.
busquemos en delirios la salida.
Salgamos en delirio a nuestra suerte.
Cuando miramos idas la navaja
sumergidas en voces de otros mundos
sumergidos en todos nuestros mundos
donde nadie a ninguna parte viaja.
Anhelamos la causa vital llena
de la flor que se abre con el agua
sobre la tierra fría que la guarda
hasta que pueda verse toda plena.
como se abren mis músicas cansadas
tantas como personas disfrazadas
a presión enlatadas me cupieran.
Nuestros sueños de niñas acosadas
incapaces de andar ya tan cargadas
si yo supiera lo que ellas bien hicieran...
Extraños habitantes interiores
interrogando a la princesa ciega.
Yo, que para mi soy extraña estrella
entre árboles mas blancos exteriores.
Como la laberíntica locura
que saca a las personas, pasearse
como fieras metamorfoseantes
que andan buscando ansiosos una cura.
Y encontrar regalices contra el miedo
por los pasillos de las calles grises
donde las puertas se abren a jardines.
Todos saltando miran hacia el cielo
saben que no serán nunca felices
saben que nunca han visto colorines.
Yo también sé, como ellos veo el cielo,
¡pero la vida a mi me está llamando!.
Me llama frente a un espejo chorreando
me baila y canta cual si fuera un velo.
Un velo azul turquesa va en volandas
danzando sobre un horizonte alegre,
optimismo ante nuestra nada verde,
que se enrosca en el pelo mientras andas.
Nos comemos el aire... nos comemos
caminamos a saltos... caminamos
siempre a ciegas cogiéndonos las manos
yo voy andando trágica sin frenos
te voy contando cuántos soberanos
luceros por las calles nos cruzamos.